Todos los que trabajamos en el ámbito del posicionamiento web sabemos que cada cierto tiempo nos asaltan los nuevos cambios en el algoritmo de Google, los rumores de si esto ahora es bueno para el SEO o no y por consecuencia comenzar a probar si dichos cambios son efectivos o mejor nos quedamos como estábamos.
Siempre he pensado que estamos sujetos a la dictadura de Google y lo peor de todo: a la rumorología que esta levanta, por lo que nos metemos en una amalgama de datos e información que debemos filtrar si no queremos volvernos literalmente unos neuróticos del SEO.
Cada vez que ocurre esto se despierta en mí una gran sensación de duda: ¿será cierto? ¿Están expandiendo rumores? ¿Debo probar? ¿Por qué darle tanta vuelta a lo mismo? En fin… Supongo que no soy el único al que le pasa.
¿Qué hago entonces? Parto de una premisa: Google es una gigantesca empresa que no hace honor a su eslogan corporativo "no seas malvado" (opinión personal), sus cambios de algoritmo despiertan siempre una gran espectación que hace crecer la especulación y nos vuelve medio locos, por tanto, debo recoger toda la información posible y hacer mi propio juicio de valor independientemente de la rumorología o sus criterios. Una vez filtrado esto comienzo a hacer pruebas para generar un criterio propio.
A día de hoy, pese a que existe una opinión general que dice que la meta description carece de valor a la hora de posicionar sigo confiando en ella. Esto es sólo un ejemplo de que no vale exclusivamente la información que recibimos sino que debemos mojarnos, es decir, generar criterio propio, probarlo y decidir por nosotros mismos según los resultados obtenidos porque en definitiva es responsabilidad nuestra como profesionales del SEO la implementación de las técnicas que creemos son las más convenientes para nuestros clientes.
Se le sigue dando un gran valor a la construcción de enlaces que, por otro lado ha generado multitud de penalizaciones. Lo que Google permitía a sabiendas de que se usaban y usan técnicas ilícitas, pero claro, ahora esa permisividad se ha vuelto en contra de todos los que compraron enlaces o confiaron la labor de linkbuilding a empresas que los generaban sin contemplaciones. Antes arriba, ahora penalizados. Creo que antes de penalizar habría que dar la oportunidad de corregir aquello que antes se permitía y despues, si no se ha tomado la iniciativa para mejorar este u otro aspecto que antes sumaba a la hora de posicionar, entonces y sólo entonces habría que penalizar.
Surgen multitud de preguntas: ¿posiciona mejor Google a una empresa que invierte en Adwords? En teoría no tendría por qué; ¿es cierto que las pujas de Adwords las definen los usuarios? ¿Sabe Google más de mí que mi madre? ¿Cómo utiliza Google las cookies en verdad? ¿Son nuestros datos vendidos o cedidos?… La lista sería interminable y abarca todo lo que Google toca.
Otro ejemplo lo tenemos en la conocida "palabra clave" (not provided) que nos empuja a centrarnos en landings, ya que Google nos está quitando la posibilidad de análisis por palabra clave, así como el acceso a los datos y estadísticas que sacábamos de la famosa herramienta keywords tool de Adwords.
En verdad pienso que hacemos demasiadas alusiones a Google en cualquier entorno y somos los primeros publicitarios del buscador, menudo chollo que tienen.
Fuente imagen: http://revistareplicante.com
